Las viviendas de los Guaraní en la etapa precolombina tienen relación con una migración desde la Amazonía, desde áreas ubicadas en Colombia, Ecuador y Brasil. Alguna causal impulsó dicho desplazamiento utilizando los ríos como vías. Al avanzar se dividieron en Tupí (Atlantico) y Guaraní (rio Paraguay), a quienes se suman los Karibe. Conforme Metraux no existen diferencias reales entre los dos primeros grupos. Las culturas de la selva permanecían en un hábitat conforme la capacidad de la tierra para sostener cultivos. Las vivienda eran de espacio único, donde todo el grupo familiar y allegados convivían. Esta investigación se centró la raíz común de quienes habitaron las cuencas de los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay y establecer la imagen de este hábitat colectivo denominado “oga guasú” o “casa grande”. Religiosos franciscanos hacia 1575 fundaron los “tavas-pueblos”, en su mayoría hasta 150 km de Asunción. Fueron los primeros pueblos organizados por españoles. Algunos grupos de Guaraní aceptaron la convivencia con europeos. Un segundo grupo evitando el contacto con los colonos, aceptó asentarse en las “reducciones” jesuíticas y quedaron apartados del contacto con la sociedad de Asunción. Los “monteses” se internaron en la selva, y mantuvieron su cultura hasta hoy. La promoción de una política de abandono de lo colectivo por lo individual indirectamente impulsó el asentamiento de familias en el área rural. Las formas ancestrales han quedado en el tiempo sin muchas referencias, persisten sin embargo técnicas constructivas y uso de materiales, a través de la arquitectura colonial y las tipologías de vivienda rural y las actuales viviendas de los Guaraní monteses.